LÁZARO CABREADO
de Paco Aragón

Señor ¿Con qué derecho perturbas mi sueño?
¿Acaso me has preguntado si yo quería volver a la cegadora presencia de la luz, al sol laborable, sudar a fuego lento, vivir la estrecha monotonía del tiempo, desnudar mis tobillos sobre el andamio de la noche, soportar los aullidos de la luna, amanecer con legañas en el corazón y rasguños en el alma?
Señor, si no me lo has preguntado ¿a cuento de qué me resucitas?
Ahora que le había cogido el gusto a la placidez de la tierra, al susurro sedoso del silencio, a la húmeda calidez del abandono, a la grata presencia de la nada.
Ahora que mi cuerpo encontró la horma de su sarcófago
me gritas
-Lázaro, ¡Levántate y anda!
¿A santos de qué?
Precisamente ahora que en mis heridas florecen malvas.
Caeiro Reis
-Bases y relatos recibidos-
