LA BÚSQUEDA,
de El Fisgón
Repuesto de mis reiterados fracasos, decidí persistir en su búsqueda.
Hoy era el día elegido.
Salí temprano con la clara determinación de encontrarla.
Recorrí estrechas callejuelas, dibujadas de alargadas sombras que, como recuerdos de la luz que fueron, exhibían en sus rostros, un rictus de rebeldía de años de forzada somnolencia.
Quizás estuviera allí?
Era frecuente encontrarla mostrándose bella en esa mágica hora del amanecer.
Busque la calidez de ese viejo café con sus grandes ventanales donde hace tiempo creí verla, más mis sentidos no fueron capaz de distinguirla.
Brillantes destellos de luz se adueñaron del paisaje y decidí buscar entre los claros oscuros del parque.
Acomodé la vista, tamizando la cegadora blancura y como experto fisgón espere el momento.
Camuflados entre parterres, seres radiantes pasaban ante mi vista.
Quizás pasó ante mi y no fui capaz de reconocerla.
Aún no podía saberlo.
Exhauto tras horas y horas de búsqueda decidí volver a casa.
Allí en calma, envuelto en una atmósferas de agrios efluvios, en un ambiente de rojiza oscuridad, continúe mi búsqueda.
Agite un recipiente, para crear unas suaves olas, hasta arrancar de entre la plata mi deseado objeto.
Difuminadas formas emergieron del fondo y apareció una composición armoniosa cargada de emotividad y dramatismo luciendo sobre el papel su amplia escala acromática de blancos, grises y negros. Ahí estaba mi buscada foto analógica en blanco y negro.
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