NUDO Y DESENLACE,
de Olea
Arrancó una hilacha de su pantalón vaquero, la que le cosquilleaba la rodilla, la rompió en dos con los dientes y la transformó en dos diminutos anillos de hilo, uno para ella y otro para él. Jugaban a jurarse amor eterno.
Pero son niños y no saben aún que los amores de verano duran lo que unas hilachas circundando unos dedos. Desaparecerán cualquier día con un golpe de ola, aunque las marcas blancas que se les quedó del sol perdurarán hasta bien entrado el otoño.
Después, vencerá el olvido.
Con los primeros calores del verano, sus vaqueros cortos volverán a salir de los altillos, deshilachados, como cada año, y dispuestos a anudar nuevos amores.
Olea
-Bases y relatos recibidos-
